Historia del canario

En realidad, los primeros conocedores y cuidadores del canario fueron los nativos isleños que, desde hace siglos, ya se deleitaban con el armonioso canto de este pájaro que albergaban en sus propias casas en jaulas artesanales de madera.

Los primeros canaricultores fueron los monjes, inicialmente por afición y, más tarde, por comprobar que se trataba de una actividad muy lucrativa. Sólo vendían machos -a precios prohibitivos para el vulgo- para impedir la cría y la pérdida del monopolio.

Se sabe que, desde 1291, empezaron a llegar a Canarias diversas expediciones genovesas y, posteriormente, de aragoneses y mallorquines. Esta época se considera como probable fecha del descubrimiento del canario silvestre.

Se puede afirmar, basándose en documentos históricos, que la introducción del canario en el Viejo Continente se remonta a los inicios del siglo XV, cuando el noble normando Jean de Béthencourt (1360-1425), junto al navegante francés Gadifer de la Salle, toman posesión de algunas islas del archipiélago canario en nombre del rey castellano Enrique III. A su regreso a la corte, obsequiaron al soberano con algunos ejemplares de estas aves canoras que, tomando la denominación de su lugar de origen, fueron llamadas canarios. Igualmente, al regresar a Francia, Béthencourt ofreció a Isabel de Baviera, esposa del rey Carlos VI, otros tantos canarios, que gozaron de gran aceptación.

Pocos años más tarde, el infante portugués Enrique el Navegante (1394-1460), organizó diversas expediciones por la costa atlántica de África, con el objetivo de encontrar una ruta marítima a la India y al Lejano Oriente, para establecer nuevas relaciones comerciales fuera del control de los comerciantes árabes, que hasta entonces sacaban el máximo provecho de su privilegiada situación geográfica cobrando impuestos de todas las mercancías que pasaban por su territorio. En 1400 los expedicionarios llegan a la isla de Madeira, desde donde el canario es introducido en Portugal.

Desde la península, debido a una demanda cada vez mayor, los canarios comienzan a extenderse rápidamente por todo el mundo.

      
        Jean de Béthencourt     Enrique el Navegante

         Los primeros canarios llegaron a Europa en el 1400, cuando llegaron a manos de Enrique II de Castilla en forma de regalo. La demanda entonces se disparo, y el canario creció en popularidad, iniciándose por fin el comercio de estas aves, así como su cría, que derivará en las razas que hoy conocemos. España que se dará cuenta de que el tener el monopolio de estas aves aporta bastante dinero, prohibió entonces la exportación de hembras, para poder así continuar con su monopolio sobre la cría del canario y exportación. Finalmente este monopolio finalizara con el hundimiento de un barco cargado de canarios frente a la Isla de Elba. Los canarios machos se cruzaron con los pájaros autóctonos dando lugar a una nueva familia, de la cual los italianos darían cuenta, proporcionando a Europa un gran numero de cantores de gran calidad.

    Fue entonces cuando en Europa la cría y fama de este ave se disparo. Incluso se llegaron a aprobar leyes para regular su cría y comercialización. Mas tarde empezara la selección y cría de ejemplares. El color se empezara a trabajar mas tarde. El trabajo de la talla, seria la ultima fase en ser tratada. A pesar del gran numero de variaciones que han sufrido los canarios desde sus formas ancestrales, aun es posible observar a canarios silvestres con sus formas y colores originales, como los que fueron utilizados para la exportación a Europa.

En libertad es un pájaro bastante tímido y difícil de ver. Suelen ir en grupos. En la época de cría, primavera, se emparejan, y generalmente se separan del grupo. Los machos situadas en las ramas mas altas cantan en busca de una posible pareja. Los nidos los construyen en ramas altas o en la espesura del algún arbusto, forrándolo en el interior con plumas y otros materiales blandos.

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